martes, 11 de noviembre de 2008

Camara oculta contra Sobich - 5 años sin investigacion y sin Juez

 La cámara oculta que se le hizo hace 6 años a Jorge Sobisch marcó un antes y un después en la hegemonía que el ex gobernador venía ejerciendo sobre su partido el MPN, en particular y la sociedad neuquina, en general. Su modo de hacer política quedó expuesto ante la consideración ciudadana que comenzó a mirar con crudeza a un funcionario que, hasta ese momento, gobernaba con todo el poder e ignorando formas democráticas: respeto por la oposición, no injerencia en el Poder Judicial e independencia en el trato con la prensa. El mismo Sobisch reconoce, en privado y ante íntimos, que la cámara oculta y el asesinato del docente Carlos Fuentealba, fueron los dos factores que hirieron de muerte su proyecto político. Pero, además, la causa se transformó en un verdadero caso de negación de justicia, donde se registra el insólito hecho de haberse excusado 8 jueces. 
El protagonista de tamaña audacia para un sistema político acostumbrado al toma y daca, fue Jorge Taylor, un ciudadano de San Martín de los Andes, que proviene del radicalismo pero al igual que otros tantos dirigentes del centenario partido, fueron mudando hacia posiciones que hoy, lo divorcian del aparato de la UCR. Taylor se confiesa seguidor de Ricardo López Murphy, uno de los creadores de Recrear porque entiende, precisamente, eso: recrear a la república y con ello a sus instituciones. Por la vigencia que tiene este proceso judicial y sus repercusiones en el futuro inmediato de la política provincial, La Bandurria le realizó un extenso reportaje que se resume en lo siguiente:
LB: ¿Qué hay de cierto sobre la posibilidad que la causa de la cámara oculta prescriba?
Jorge Taylor. La causa ya lleva 5 años, pero no hay ninguna posibilidad de que prescriba porque, si bien, el artículo 67 del código penal determina que las causas de delitos contra la Administración Pública prescriben a los 6 años, el segundo párrafo sostiene que esa prescripción se interrumpe cuando algunos de los imputados se encuentra en funciones. En este caso, el imputado es Eduardo Carbajo, ex secretario de Energía que renunció el pasado 10 de diciembre, por lo que quedan 5 años más.
LB: ¿Qué han hecho jurídicamente para evitar que prescriba?.
J. T. Nos hemos presentado ante la Cámara de Apelaciones en lo Penal en Neuquén y hemos pedido que “hagan cesar la privación de Justicia actualmente existente en la causa y utilizando sus facultades de superintendente, determine el juez que deba proseguir con las actuaciones”.
LB: ¿En qué juzgado se encuentra radicada?.
J. T. En este momento está en la Corte donde hemos apelado la decisión del Superior Tribunal de Justicia del Neuquén de haber confirmado el sobreseimiento de Sobisch. Le hemos planteado que se saque copia del expediente y se remita a Neuquén para proseguir el juicio a Osvaldo Ferreira, Martín Segovia y otros. Hay un informe de la Procuración General de la Nación que desconoce la jurisdicción de la Corte pero la causa no ha avanzado mucho: recién la tiene el primer vocal –deben verla  5 jueces supremos por lo menos- que es el doctor Eugenio Zaffaroni.
LB:  Éste es un verdadero caso de negación de Justicia por la cantidad de jueces que se han excusado. ¿Cuál es el argumento que exhiben los magistrados para justificar tamaña barbaridad jurídica?
J. T. Mire, primero actuó el juez Gago, pero quien fue un caso de haber obligado a la inmediata intervención del Consejo de  la Magistratura, fue Abelleira. Sin siquiera haber abierto la causa a prueba, sobreseyó a Sobisch. Nosotros apelamos, pero en esa cámara estaban los jueces Roberto Fernández y Jorge Sommariva. No sólo avalaron el procedimiento de Abelleira sino que luego al pasar al Superior Tribunal de Justicia –ni siquiera se excusaron por haber intervenido anteriormente- confirmaron el sobreseimiento de Sobisch. Si ello no es causal de Juicio Político y de la comprobación más tajante de la connivencia entre los jueces y el gobernador, yo no entiendo más nada.
LB: Es evidente que hubo un avasallamiento del Poder Político sobre el Poder Judicial, y que el Superior Tribunal consintió ese avance...
J. T. Voy a decir algo parecido a lo que dije cuando el ex gobernador me acusó de iniciar un “Golpe de Estado”. No discutí si era ridículo o no, le contesté que el golpe de Estado lo estaba urdiendo él. No sólo por utilizar recursos del Estado para sobornar a un diputado sino para nombrar jueces que le eran favorables. Eso es una actitud antirrepublicana y antidemocrática.
LB: También le cabe ese concepto a los jueces de grado...
J.T. No le quepa duda. Casi todos se han excusado. Porque dicen que son amigos de Martín Segovia, un abogado que trabajaba como Fiscal de Estado,  encargado de intentar sobornar a una escribana para adulterar un acta, incriminándome a mí. Obviamente que esa profesional se negó a semejante ultraje a la fe pública y lo denunció. La pregunta es, por qué el interés de Segovia en cometer ese delito si no era parte. Evidentemente estaba tratando de proteger a Sobisch.
LB: ¿Cómo llega Ud a Sobisch?.
J. T. Yo hice público que me iba de la Legislatura porque iba a renunciar a la UCR, partido al cual había pertenecido durante 30 años. Creía que era necesario actuar de acuerdo a los principios y no sólo tenía que dejar el partido sino la banca que era de la Alianza.  Podía haberme quedado como bloque unipersonal pero eso no entra en mi concepción de la política.
LB: Ahí lo llama Sobisch
J. T. No, cuando yo lo hago público, aparece el diputado Ferreira y me comienza a sonder sobre mis intenciones y a ponderar mi actuación política, etc, etc. Pero como pasan los días y yo no doy respuestas directas a Ferreira, Sobisch lo conmina a que me reúna con él. Entonces, Ferreira hasta se presenta como criticando a su jefe político.
LB: Es en ese momento, antes de ir a la reunión con Sobisch que Ud busca el asesoramiento del Estudio de Moreno Ocampo?
J. T. Yo había seguido la trayectoria de Moreno Ocampo y su defensa de la transparencia de la política. Me asesoró cómo hacer una grabación de este tipo para ser válida ante la Justicia y hasta me  puso un técnico para poder armar la Cámara Oculta cuando fuera a verlo a Sobisch.
LB: ¿Me puede resumir lo que pasó en la reunión con Sobisch?
J. T.  Sobisch me invita a conversar de política, me explica. Vos sabés cómo es la política: hoy por tí, mañana por mí. Me halaga, me dice que soy lo mejor, que no quiere que me vaya, que forme mi propio bloque, que me quede adentro, que actúe dentro de mi conciencia, pero necesita cerrar algunas cosas. Básicamente dos: la designación de los vocales en el STJ y otras cuestiones secundarias.  Yo le dije que no, que ya había fijado posición en cuanto a los vocales y que, en todo caso como un gesto republicano, que los bajara y nombrara nuevos, que con eso iba a tener mayor consenso. Y en eso surgió el verdadero Sobisch: “Pero vos querés que quede como un pelotudo, a lo que yo lo quedé mirando, como diciéndole, si ésa es tu percepción...
LB: ¿Ud ya lo estaba grabando?
J. T. Si
LB: ¿Cuál fue el próximo paso?
J. T. Ante el cariz que tomaban los acontecimientos, le comenté cuáles serían los próximos pasos a lo que me respondió que los arreglos de los detalles los haga con Ferreira. Saca el tema de los créditos del IADEP aunque me dice que no sabe cómo funcionan esas cosas.
LB: Sobisch se defiende, diciendo que ésta fue una prueba armada entre Ud, el Estudio Moreno Ocampo y el diario Río Negro para deteriorarlo políticamente.
J. T. Ese argumento es una gilada. No resiste el menor análisis. Habría que analizar la conducta de Fernández y Sommariva, la denuncia de la misma doctora Luzuriaga que denuncia una reunión en el quincho de la Gobernación donde se le ofrecen los cargos en el STJ a cambio de salvar a Sobisch. En fin, toda una historia de manipulación y manejo vomitivo de las relaciones entre el poder político y la Justicia.
LB: ¿Ud cree que con el nuevo tribunal puede revisarse este caso?.
J. T. No lo puedo decir
LB: ¿Ud. se encuentra  imputado?
J. T. No. Soy querellante
LB: ¿Qué consecuencias le trajo?
J. T. Muy duras. Tuve represalias permanentes del gobierno como ciudadano y como empresario.
LB: ¿Qué reflexión  le merece el caso desde su experiencia política?.
J. T. El sistema político de la Argentina necesita un cambio profundo. Recrear la figura del ciudadano y lograr no sólo transparencia sino compromiso con la verdad. Tuve experiencias amargas como el comentario de un correligionario, como Horacio Quiroga, quien dijo que yo había roto los códigos de la política. Después me lo negó personalmente, pero no lo aclaró a los diarios. Sólo se justificó que lo habían sacado de contexto.
LB: ¿Lo decepcionó mucho la política?
J. T. No, me apasiona la política.
LB: ¿Hoy qué hace?
J. T. Trabajo y participo. Estoy en este partido vecinal Participar acá en San Martín de los Andes, pero continúo como miembro de la mesa directiva de Recrear Neuquén. Desde ahí tratando de influir a nivel nacional para continuar el proyecto original de Recrear en función de ser una alternativa para la reconstrucción de la República con Ricardo Lopez Murphy, uno de los políticos de mejor preparación intelectual.

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