lunes, 10 de noviembre de 2008

La obra de Salvador Allende sigue vigente

Han transcurrido 38 años desde que Salvador Allende asumió legalmente con toda dignidad el cargo de presidente de Chile, y 35 desde su muerte; sin embargo, su pensamiento y ejemplo hoy siguen vigentes en los corazones y en los ideales de todos los latinoamericanos.






Allende asume el cargo de presidente de Chile el 3 de noviembre
de 1970, y desde entonces comienza su heroica batalla por los cambios
 (Foto: Archivo)

TeleSUR _ 02/11/2008

Allende, médico graduado en 1933, nació el 26 de junio de 1908 en Valparaíso (al sur de Chile), y desde muy pequeño se inscribió en el registro de quienes han querido cambiar el mundo, de construir la convivencia y una nueva humanidad y una sociedad distinta más justa y más libre.

El programa de gobierno de Allende, que fue adoptado en diciembre de 1969, proponía una transformación profunda de las estructuras económicas y sociales del capitalismo chileno.

Su gobierno mantenía lo que él llamó un diálogo con el pueblo, porque el ciudadano era el factor fundamental en el proceso revolucionario chileno.

Salvador Allende dejó su visión, su praxis, su análisis del imperialismo y, sobre todo, su ejemplo, como el Che y Fidel, creía en el poder del ejemplo.

El escritor e historiador, James Cockcroft, en entrevista exclusiva a la página web de TeleSUR, señaló que "Allende consideraba que la democracia de un poder popular era la clave de la revolución y del socialismo".

Se pretendía liberar al país de la tutela extranjera, aumentar y redistribuir el ingreso nacional.

La primera sección del Programa de la Unidad Popular se tituló "El Poder Popular", y proclamó la necesidad de transformar las instituciones para instaurar un nuevo Estado, donde los trabajadores y el pueblo tengan el real ejercicio del poder.

"Para Allende, ese Poder Popular significaba el socialismo: un movimiento popular amplio y organizado con el fin de elegir funcionarios que introdujeran nuevas regulaciones oficiales en sectores fundamentales de la economía y en el control por parte de los trabajadores de las industrias principales, los bancos, las minas y la tierra", dijo el historiador.

Además de esto, "aplicar otras medidas que beneficiaran a las empresas pequeñas y medianas, a fin de que mejoraran las condiciones y la calidad de vida de todos",  apunta Crockcroft.

El programa de Allende destacaba la constitución de tres formas de propiedad empresarial: la propiedad social, el área privada y la mixta.

También la nacionalización de todas las riquezas mineras. Eliminaba los monopolios para nacionalizar los sectores de base que condicionaban la actividad económica como la electricidad y el transporte.

Asimismo, planteaba la profundización de la reforma agraria, eliminando definitivamente el latifundio que se consideraba la principal lacra para el desarrollo de la agricultura chilena.

Además, un programa de acción social y cultural que recobraba la importancia en las relaciones internacionales con todos los países.

Salvador, Fidel y el Che

Fidel Castro y Allende fueron muy buenos amigos. Durante una visita de Fidel a Chile en noviembre de 1971, sostuvieron una larga e íntima entrevista poco conocida.

Cockcroft relata que "Allende y Fidel, en el jardín de la residencia del embajador cubano, profundizaron en el análisis de la coyuntura del momento, y sus visiones para una revolución sin fronteras".

En la última parte de aquella histórica entrevista, recuerda que Allende dijo algo bastante visionario que es aplicable a la situación de hoy en día, "la unidad de nuestros pueblos es un factor indiscutible que fortalece su voluntad  y su decisión para romper la dependencia, la explotación del hombre por el hombre... ha hecho crisis".

El visionario también dijo que "América Latina tiene la oportunidad de estar presente en el momento en que el mundo cruje, cuando los pueblos lleguen al gobierno, cuando hayan arrasado con las viejas oligarquías cómplices del imperialismo".

"Y cuando, indiscutiblemente, haya una voz de América Latina, de pueblo-continente, como lo soñaran los próceres de nuestra Independencia. Por todos los caminos, de acuerdo con las características de cada país, ya emerge esta voluntad, ya se hace presente", relata el historiador.

De igual forma, están plasmados los encuentros entre Allende y el revolucionario Ernesto Guevara, conocido como "Che Guevara", narrado por el propio Salvador.

"Él contaba (el Che) que  recibió un llamado de Aleyda, a quien no conocía, no sabía quién era. Era la secretaria del Che, no estaba casada con él todavía, y me dijo: El Comandante Guevara le va a mandar su automóvil y lo espera en el Cuartel de La Cabaña".

Solamente con los pantalones y con el torso descubierto, y en ese momento tenía un fuerte ataque de asma. Estaba con el inhalador y yo espere que se le pasara; me senté en la cama, en la otra, entonces le dije: Comandante, pero me dijo: "Mire, Allende, yo se perfectamente bien quién es usted".

Yo le oí en la campaña presidencial del '52 dos discursos: uno muy bueno y uno muy malo. Así es que conversemos con confianza, porque yo tengo una opinión clara de quien es usted.

Después me di cuenta de la calidad intelectual, el sentido humano, la visión continental y la concepción realista de la lucha de los pueblos que tenía el Che, recordaba Allende".

Años después se volverían a encontrar en Uruguay: en Punta del Este y en el propio Montevideo donde ambos tendrían destacada participación en actividades políticas.

A modo de Biografía

Allende fue un alumno excelente que practicaba el deporte. Ingresó voluntariamente al servicio militar en el Regimiento Coraceros de Viña del Mar.

Egresó como oficial de reserva del Ejército, ya era un hombre de ideas socialistas y marxistas.

Estudió medicina en la Universidad de Chile. En 1933, se gradúa de médico. Participa en la fundación del Partido Socialista de Chile.

En 1952, el Frente del Pueblo lo postula para Presidente y pierde.

Seis años después, en 1958, es proclamado candidato a la Presidencia de la República por el Frente de Acción Popular, constituido por la Unión Socialista Popular, el Partido Socialista de Chile y el Partido Comunista. Pierde la elección frente al conservador Jorge Alessandri.

Fue designado de nuevo candidato a la Presidencia, es derrotado en 1964 por Eduardo Frei Montalva.

Se desempeñó como  diputado, ministro de Salubridad y senador desde 1945 hasta 1970, ejerciendo la presidencia de dicha Cámara del Congreso entre 1966 y 1969.

El 22 de enero de 1970 la Unidad Popular, integrada por comunistas, socialistas, radicales, y Acción Popular Independiente, lo proclaman nuevamente como su candidato, y el 4 de septiembre de ese mismo año gana las elecciones.

Allende asume el cargo de presidente de Chile el 3 de noviembre de 1970, y desde entonces comienza su heroica batalla por los cambios.

Su gobierno, que alcanzaría a durar mil días, terminó abruptamente cuando fue asesinado mediante un golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973, en el que participaron los tres componentes de las Fuerzas Armadas y el Cuerpo de Carabineros.

El fin de su gobierno daría inicio al Regimen Militar, una dictadura encabezada por Augusto Pinochet, que duraría poco más de 17 años.

Salvador Allende dejó su visión, su praxis, su análisis del imperialismo y, sobre todo, su ejemplo, como el Che y Fidel, que creían en el poder del ejemplo.

La trayectoria, el compromiso, las palabras, el hacer y la combatividad de Allende, se levantan cada día que pasa con más fuerza, como valiosísimas herramientas en lo movimientos sociales de Latinoamérica.


Nathalie Hernández

http://www.telesurtv.net/noticias/entrev-reportajes/index.php?ckl=107

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